lunes, 15 de febrero de 2010

“Tres poemas de amor y sexo”


I
Óyeme que me canso de tantos miramientos.
Yo quiero desnudarte de pretextos inútiles,
erizarte la piel
y quitarte la ropa,
arrancártela a besos
y descender con ella por tu vientre y tus muslos
y dejarla caer
como el telón señala, a público y a actores,
el final del teatro.

II
Yo la amaba, pero ella amaba a un hombre
que amaba a otra mujer
quien a su vez tampoco era capaz de amarle.
Lejos de separarnos,
la vida nos unía de esta manera
aún más estrechamente:
el amor circulaba entre todos nosotros,
pasaba como un rayo desde un cuerpo a otro cuerpo,
saltaba echando chispas de pasión compartida
de unos labios a otros
sin que llegase a ser de nadie.

III
Lo que quiero que dure
no es el paso del tiempo entre los dos
ni es el acostumbrarse a compartir la vida,
lo que quiero que dure es tu abandono,
el momento del éxtasis,
ese punto de fuga del orgasmo
que es cuando te alejas más de mí.


(Pedro Molina Temboury).

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