domingo, 21 de noviembre de 2010



 se acerca el verano la playa erotiza ,el mar ,el calor ,ancio el verano y tu piel bajo mi piel ,en alguna playa.....

lunes, 15 de noviembre de 2010

Aquí esperándote y pensando que si solo pudiera
Sentir tus latidos en mi oído,tu respiración en mi boca,
Tus manos en mi cuello,tu lengua recorriéndome,
Tus poros incendiándome,tus dedos cómplices,
Tu sexo implacable...
Te juro que me consumo a tu causa,
no le daría espacio al azar.
Me la jugaría con la certeza,
de saberme tuya
y entenderte siempre......Aquí esperándote

martes, 9 de noviembre de 2010

Hoy me tocare,
mientras te imagino y me rozare
jugare con mi sexo
me llenare de su olor,
te sentiré dentro,
hoy me tocare,
hoy me disfruto,
soñare que muerdes mis labios,
que acaricias mi espalda,
que golpeas mis nalgas...
hoy me tocare,
hoy jugare,
hoy disfrutare,
y me iré preparando
para tu entrada triunfal.
Para nuestros gritos y nuestros orgasmos,
hoy me toca
tocarme...
tu no estás, pero estás dentro mio.
Me tienes a cada instante
mientras me toco...yo me toco...

Hoy te busco,
Hoy te ago mío,
Hoy te persigo,
Hoy te volveré loco,
Yo te pertenezco,
Tu me perteneces.
Nuestro camino
es ardiente,
es fogoso,
es locura,
es sexo,
es amor,
es entrega.
Hoy te espero en nuestro lecho


Porneia, Relatos Eroticos


La invitación esta echa a disfrutar estos relatos eróticos los invito

lunes, 8 de noviembre de 2010

viernes, 5 de noviembre de 2010


QUIEN ENTIENDE A LOS HOMBRES? DEBERIA SER LA PREGUNTA.

Si eres tierna con ellos... eres una cursi.
Si no... una insensible. Si no te arreglas... eres una descuidada. Si lo haces... es para loquear con otro. Si no trabajas... eres una simple 'ama de casa'. Si lo haces (y ganas más que ellos)... se enojan. Si ellos siempre pagan... es un abuso. Si lo haces tú... se sienten menos. Si te acuestas con ellos... eres una alocada. Si no... no los quieres. Si ellos ascienden de puesto... es por sus capacidades. Si lo haces tú... es porque te acostaste con el jefe. Si ellos ven a otras... es su naturaleza. Si tú ves a otros... eres infiel. Si sales con un chico sin dinero... eres una tarada. Si sales con un millonario... eres una interesada. Si a los 30 ellos no se casan... son solteros codiciados. Si tú a los 30 no te has casado... ya se te fue el tren. Si estás de mal humor... eres una neurótica. Si ellos lo están... ¡pobrecitos, no los comprendes! Si eres fea... no te dan bola. Si eres guapa e inteligente... te tienen miedo. Si te ponen los cuernos y sigues con ellos... más estúpida no puedes ser. Si lo hacen y los pateas... que poco aguante tienes. Si tienen una amante... es porque en su casa no tienen lo que necesitan. Si lo tienes tú... ¡Ah, qué puta! Si ellos andan con una más joven... bravo, bravo, bravo. Si tú lo haces... es que necesitas que te hagan 'el favor'. Si están intolerables... compréndelos, tuvieron un mal día. Si tú estás intolerable... es que estás 'en tus días'.
PERO CÓMO ESPERAR ENTENDERLOS SI NI ELLOS MISMOS SE ENTIENDEN.


"Los hombres piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse".* Garcia Márquez *
Yo vivo enamorada de las cosas ,de los hombres ,de la piel de mi piel aunque son pocos los momentos de este estado por que no estarlo .....


No puedo olvidar tus besos mojados
Y la forma en que tú y yo nos devoramos....

Esa noche en mi cuarto y la luna fue testigo
El calor de nuestros cuerpos encontrados

(Tú lo sabes QUE NO PUEDO OLVIDARLO)

Te espero aqui .......

martes, 2 de noviembre de 2010


La sensualidad verdadera
no tiene ninguna necesidad de estimulantes.


"Siempre hubo en mí, al menos, dos mujeres
una mujer desesperada y perpleja
que siente que se está ahogando
y otra que salta a la acción,
como si fuera un escenario,
disimulando sus verdaderas emociones
porque ellas son la debilidad, la impotencia,
la desesperación y presenta al mundo
sólo una sonrisa, ímpetu, curiosidad,
entusiasmo, interés."

El diario de Anais Nin (10 vols. 1966-83)

martes, 26 de octubre de 2010



Me encantan los latidos

que nacen por tu causa

enmielando todas las esquinas y pasillos de mi alma

pasión atravesando las venas encendiendo la sangre

convocando tempestades

atraída envuelta

cogida a tu cuerpo

viva entre tus besos

profundo en mi tacto

en el sendero de una madrugada

paz perfecta bailar entre las sabanas

al son de tus latidos......

domingo, 24 de octubre de 2010

CONCHITA - NADA QUE PERDER (VIDEO)

Urge Overkill - Girl, You'll Be A Woman Soon

Nancy Sinatra Bang Bang

morcheeba - "the sea"



He intentado no pensar en nada,no dejarme llevar por la pena.

Fingir que todo va bien,que ayer noche no llore por ti.

Y he intentado no pensar en nadamientras soñaba con encontrarte rezando porque estuvieras solo.

Y es que veras, me acostumbre a ser feliz y ahora ya, ya no se estarlo si no estas.

Me acostumbre a ser feliz y ahora ya...

Y he intentado salir por ahí,he intentado hacer cosas sin ti.

Fingir que todo va bien que ayer noche no llore por ti.

Y he intentado no caer en la trampa,no dejarme llevar por la rabia mientras soñaba con encontrarte.

Y me he puesto a entender que todo se acabo y sueño con que vuelvas alguna vez.

Me acostumbre a ser feliz y ahora ya,ya no se estarlo si no estas.

Me acostumbre a ser feliz y ahora ya,y me cuesta entender que todo se acabo.

Y es que veras, me acostumbre a ser feliz y ahora ya...

Y es que veras, me acostumbre a ser feliz y ahora ya...

He intentado no pensar en nada,no dejarme llevar por la pena.

martes, 28 de septiembre de 2010

Tengo el beso suspendido
para rincón de tu alma
.....

"Cualquier dia, cualquier hora, en cualquier lugar
Nos vemos tu y yo para hablar amor."

lunes, 13 de septiembre de 2010



La tentación al placer, es simplemente parte del placer de tentarse.

sábado, 4 de septiembre de 2010


La tinta no secó y en palabras dije muchas cosas, pero en mi corazón todavía queda tanto por decir, que no me voy, me quedo aquí" ESTOY DE REGRESO

miércoles, 19 de mayo de 2010




Why you look at me?
Hear me look at me
Do you think your gaze can bring me light
And your hearing can give me explanations
Hear me look at me
You don't want to face the truth
You can't look beyond
Sometimes all that you see is yourself
With your fears
You reflect them on me
Suffering fills mi mind
But you don't notice it
You don't hear my words
You think you can feel my pain?
If only you could try to stay silent
You would feel what my body says
Without a word
I retreat in silence
I drop the pen and the glass
I'm deaf and blind , forgive me.

- Title and lyrics by Through Your Silence.

lunes, 17 de mayo de 2010

someone tells me I'm beautiful
and for a moment
For a moment, I am happy
But when I'm alone
No one hears me cry



I am not Hungry.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Marianne...I




Yo era la madame de una casa de prostitución literaria; la madame de un grupo de escritores hambrientos que producían relatos eróticos para vendérselos a un «coleccionista». Fui la primera en escribir, y todos los días entregaba mi trabajo a una joven para que lo mecanografiara en limpio.
Esta joven, Marianne, era pintora, y por las noches escribía a máquina para ganarse la vida. Su cabello era un halo dorado, tenía ojos azules, cara redonda y senos firmes y turgentes, pero acostumbraba a disimular la opulencia de su cuerpo, en vez de ponerla de manifiesto, a disfrazarse con deformados atuendos bohemios, chaquetas anchas, faldas de colegiala e impermeables. Procedía de una pequeña ciudad. Había leído a Proust, Krafft-Ebing, Marx y Freud.
Y, claro está, había tenido muchas aventuras sexuales, pero existen aventuras en las que el cuerpo no participa en realidad. Se estaba decepcionando a sí misma. Creía que, como se había acostado con hombres, los había acariciado y había hecho todos los gestos prescritos, poseía experiencia de la vida sexual.
Pero todo eso era externo. En efecto, su cuerpo había sido insensibilizado, deformado, se le había impedido madurar. Nada la había afectado profundamente. Era todavía virgen. Lo noté apenas entré en la habitación. De la misma forma que un soldado se niega a admitir que tiene miedo, Marianne no quería admitir que era fría, frígida. Pero se estaba psicoanalizando.
No podía dejar de preguntarme en qué medida la afectarían los relatos eróticos que le entregaba para mecanografiar. Junto con la intrepidez intelectual y la curiosidad, había en ella un pudor físico que luchaba por no revelar, pero que descubrí accidentalmente al enterarme de que nunca había tomado desnuda un baño de sol, y que la simple idea de hacerlo la intimidaba.
Lo que recordaba de manera más obsesiva era una noche con un hombre al que ella no había respondido, pero que en el momento de abandonar el estudio, la había apretado contra la pared, le había levantado una pierna y la había penetrado. Lo extraño del caso es que en aquel momento, no había sentido nada, pero cada vez que recordaba la escena, se ponía ardiente e inquieta. Se le aflojaban las piernas y lo hubiera dado todo por volver a sentir aquel cuerpo pesado presionando contra el suyo, ciñéndola contra la pared, impidiéndole escapar y, por último, tomándola.
Un día se retrasó en la entrega del trabajo. Fui a su estudio y llamé a la puerta. No respondió nadie. Empujé la puerta y se abrió. Marianne debía haber salido a algún recado.
Me dirigí a la máquina de escribir para comprobar cómo iba el trabajo y vi un texto que no reconocí. Pensé que tal vez estaba empezando a olvidarme de lo que escribía. Pero eso era imposible. No era un escrito mío. Empecé a leer, y entonces comprendí.

Lilith




Lilith era sexualmente fría y pese a sus fingimientos su marido lo sospechaba. Tal situación dio lugar al siguiente incidente. Lilith nunca tomaba azúcar, por no engordar, y empleaba un sucedáneo: unas minúsculas pildoras blancas que siempre llevaba en el bolso. Un día se quedó sin ellas y pidió a su marido que se las comprara de regreso a casa. Le compró un tubito como el que le había
pedido, y se echó dos pildoras en el café después de cenar.
Estaban sentados juntos, y él la miraba con una expresión de madura tolerancia, que a menudo adoptaba frente a sus explosiones nerviosas, a sus crisis de egoísmo, de autorreproches o de pánico. A todo su dramático comportamiento, el marido respondía con inalterable buen humor y con paciencia. Ella rabiaba sola, se enfadaba sola y sola soportaba grandes trastornos emocionales en los que su esposo no tomaba parte.
Posiblemente, ésas eran otras tantas manifestaciones de la tensión que faltaba entre ellos en el ámbito sexual. El marido rechazaba todos los primarios y violentos desafíos y hostilidades de Lilith; se negaba a entrar en su terreno emocional y a responder a su necesidad de celos, temores y batallas.
Tal vez si hubiera aceptado sus desafíos y jugado los juegos que a ella le agradaban, Lilith hubiera acusado con mayor impacto físico la presencia de su marido. Pero éste no conocía los preludios del deseo sensual ni los estimulantes que ciertas naturalezas salvajes precisan, y así, en lugar de responderle en cuanto veía que se le ponían los pelos de punta, el rostro más vivido, los ojos relampagueantes y el cuerpo electrizado, inquieto como el de un caballo de carreras, se replegaba tras aquel muro de comprensión objetiva, tras aquella amable burla y aceptación, como quien observa un animal en el zoo y sonríe a sus cabriolas, pero no se siente afectado por su estado de ánimo. Era esto lo que dejaba a Lilith completamente aislada, igual que un animal salvaje en un desierto inhóspito.
Cuando le daba un acceso de furia y su temperatura aumentaba, el marido se esfumaba. Era como una especie de cielo suave que la mirase desde la altura, esperando que la tormenta pasara por sí sola. Si él hubiera aparecido al otro extremo de aquel desierto, como si fuera otro animal salvaje, y se hubiera enfrentado a ella con la misma tensión electrizante de pelo, piel y ojos, si hubiera aparecido con el mismo cuerpo salvaje, pisando fuerte y esperando el menor pretexto para saltar, abrazarla con furia, sentir la calidez y la fuerza de su oponente, ambos hubieran podido rodar juntos, y las mordeduras habrían
podido ser otras, el ataque se habría transformado en abrazo y los tirones de pelo habrían acabado por unir sus bocas, sus dientes, sus lenguas. Llevados por la furia, sus genitales habrían entrado en contacto, encendiendo chispas, y ambos cuerpos se hubieran penetrado mutuamente como final de tan formidable tensión.
Desde aquel momento, sin embargo Lilith se obsesionó con la idea de que debía haber formas de excitarse artificialmente. Probó todos los métodos de que oyó hablar. Se bebió tazones de chocolate con gran cantidad de vainilla. Comió cebollas. El alcohol no la afectó en la misma medida que a otras personas, porque se mantenía siempre en guardia. No podía olvidarse de sí misma.
Oyó hablar de unas bolitas que se usaban como afrodisíaco en la
India. Pero ¿cómo conseguirlas? ¿Dónde pedirlas? Las hindúes se las insertaban en la vagina.
Estaban hechas de algún tipo de goma suave, con una superficie fina, semejante a la piel. Al ser introducidas en el sexo, se amoldaban a la forma de éste y se movían a la vez que la mujer, adaptándose sensiblemente a todos los movimientos de los músculos y provocando una excitación mucho más intensa que la del pene o del dedo. A Lilita le hubiera gustado encontrar una bola de ésas y llevarla dentro día y noche.
FIN

Marianne...


Mediando su trabajo, Marianne se había sentido poseída por el deseo de relatar sus propias experiencias. Y esto es lo que escribió:
"Hay cosas que, cuando las lees, te hacen comprender que no has vivido en absoluto, que no has sentido ni experimentado nada hasta el momento. Ahora veo que la mayor parte de las cosas que me han sucedido eran de carácter clínico, anatómico. Había unos sexos que se tocaban, se confundían, pero sin chispa, sin furia sin sensaciones.
¿Cómo puedo alcanzar el placer? ¿Cómo puedo empezar a sentir, a sentir? Quiero enamorarme de tal forma, que la mera visión de un hombre, incluso a una manzana de distancia, me conmueva y me penetre, me debilite y me haga temblar, aflojarme y derretirme entre las piernas. Así es como quiero yo enamorarme; tan fuerte que el simple hecho de pensar en el amado me produzca un orgasmo.
Esta mañana, mientras estaba pintando, llamaron muy suavemente a la puerta. Fui a abrir, era un joven más bien apuesto, pero tímido y azorado, que al momento me gustó.
Se deslizó en el taller y no miró en torno, sino que mantuvo sus ojos clavados en mí, como suplicantes, y dijo:
–Me envía un amigo suyo. Usted es pintora y quisiera encargarle un trabajo. Me pregunto si usted... ¿Querría usted? Sus palabras quedaron ahogadas y se ruborizó. Era como una mujer.
–Pase y siéntese –le invité, pensando que eso le haría sentirse cómodo.
Entonces vio mis pinturas, que son abstractas.
–Pero usted puede pintar una figura realista, ¿no? –preguntó.
–Desde luego que puedo.
Le mostré mis dibujos.
–Son muy vigorosos –observó, cayendo en un trance de admiración por uno que representaba a un musculoso atleta.
–¿Quiere usted un retrato suyo?
–Bueno, sí; sí y no. Quiero un retrato. Pero se trata de un tipo de retrato poco usual. Yo no sé si usted accederá...
–Acceder ¿a qué?
–Bueno –balbució por fin–. ¿Querría usted hacerme un retrato de este tipo? –y señaló al atleta desnudo.
Esperó alguna reacción por mi parte. Me había acostumbrado tanto a la desnudez masculina en la escuela de arte, que me sonreí ante su timidez. Aunque no fuera lo mismo tener un modelo desnudo que pagaba al artista por dibujarlo, yo no creía que hubiera nada de extravagante en su petición. Esta era mi opinión, y así se lo dije.
Mientras tanto, con el derecho de observación que se reconoce a los pintores, estudié sus ojos violeta, el suave y dorado vello de sus manos y el fino cabello sobre sus orejas. Tenía un aspecto de fauno y un carácter femeninamente evasivo que me atrajeron.
A pesar de su timidez, parecía sano y más bien aristocrático. Sus manos eran suaves y flexibles y sabía comportarse. Mostré un cierto entusiasmo profesional que pareció deleitarle y animarle.
–¿Quiere usted que empecemos ya? –preguntó–. Llevo algo de dinero. Puedo traer el resto mañana.
Le señalé el rincón de la habitación donde estaba el biombo que ocultaba mi ropa y el lavabo. Pero volvió hacia mí sus ojos y dijo inocentemente:
–¿Puedo desnudarme aquí?
Me sentí ligeramente incómoda, pero accedí. Me ocupé buscando papel de dibujo, moviendo una silla y sacando punta al carboncillo. Me pareció que se desnudaba con una lentitud fuera de lo normal, como si esperara que le prestase atención. Le miré atrevidamente, como si estuviera empezando a estudiarlo, carboncillo en mano.
Se desvestía con sorprendente premeditación, como si se tratara de una tarea especial, un ritual. En un momento dado, me miró a los ojos y sonrió, mostrando sus dientes finos y regulares. Su cutis era tan delicado que recibió la luz que penetraba por el gran ventanal y la retuvo como si fuera un tejido de raso.
En ese momento, el carboncillo cobró vida en mi mano, y pensé que sería un placer dibujar a aquel joven, casi tanto como acariciarlo.
Se había quitado la chaqueta, la camisa, los zapatos y los calcetines; le quedaban sólo los pantalones. Se los sostenía como si estuviera haciendo strip-tease, mirándome todavía. Yo no lograba interpretar el fulgor de placer que animaba su cara.
Entonces se inclinó se desabrochó el cinturón, y los pantalones se le deslizaron. Permaneció completamente desnudo ante mí y en el más obvio estado de excitación sexual. Cuando me hube percatado de ello hubo un momento de suspense. Si protestaba, perdería mis honorarios, que tanto precisaba.
Traté de leer en sus ojos. Parecía decir: "No te enfades. Perdóname."Así pues, opté por dibujarlo. Era una extraña experiencia. Mientras dibujaba la cabeza, el cuello y los brazos, todo iba bien

Cualquier forma de amor que encuentres, vívelo. Libre o no libre, casado o soltero, heterosexual u homosexual, son aspectos que varían de cada persona. Hay quienes son más expansivos, capaces de varios amores. No creo que exista una única respuesta para todo el mundo.
Anais Nin

… En el fondo, todas las mujeres son putas

y quieren que se las trate como putas…

¡Mezclado con un poco de adoración!"

Anaïs Nin

martes, 23 de febrero de 2010

Erótica




Tu placer es lento y duro
viene de lejos
retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía

Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces

Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo
como una piedra.

Tu placer, animal escaso.

Táctica y estrategia


Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

Una mujer desnuda y en lo oscuro


Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.
Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

AMOR DE TARDE



Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme “¿Qué tal?” y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

Hay muy buenas protecciones contra la tentación, pero la más segura es la cobardía.

El amor incorrecto lo es ahora, lo es hoy y lo será mañana….tan solo queda respirar profundamente y esperar que esta vez no seamos nosotros los heridos.

jueves, 18 de febrero de 2010


La única anormalidad es la incapacidad de amar.
Anaís Nin